Teoría de Disociación Estructural

La Teoría de Disociación Estructural explica los mecanismos y niveles de fragmentación resultado del Trauma Complejo, entendiendo la disociación como un mecanismo clave.

Esta teoría parte de la idea de que nadie nace con una personalidad integrada, sino que los niños pequeños operan basándose en diferentes estados del Yo que manejan diferentes necesidades -comer, apego al cuidador, explorar el mundo. Cuando crecen, estos estados del Yo que funcionaban semi-independientemente se integran para formar una personalidad congruente, flexible y adaptativa. Este proceso parece terminar alrededor de los 7-9 años de edad.

Sin embargo, el trauma antes de esta edad interrumpe el proceso. Las diferentes partes del Yo permanecen separadas, incapaces de funcionar junto a las otras, e incapaces de cumplir varias de sus necesidades y en constante conflicto unas con otras. Un Yo congruente, flexible y adaptativo no puede formarse si el cuidador principal del niño es inconsistente, cariñoso y cuidador un momento y agresivo en otro, previniendo el apego seguro (saludable), sin enseñar modos de autorregulación, sin permitirle responder a sus necesidades y obligándolo a responder ante la agresividad. El niño permanece en estado de alerta constantemente, sin saber cuándo sus necesidades serán cubiertas, y cuándo su cuidador se volverá de nuevo su agresor. Así se forma el apego desorganizado.

Las partes disociadas se manifiestan en forma de síntomas disociativos negativos y positivos. Es importante aclarar que no se llaman así en función de «bueno y malo», sino en función de lo que «agregan o quitan» de la experiencia. Los síntomas negativos son una ausencia de algo que debería estar presente y se manifiesta como anestesia o amnesia y síntomas somatomorfos. Los síntomas positivos agregan algo a la experiencia que no debería estar ahí, como alucinaciones, pseudo-crisis convulsivas, flashbacks, y también síntomas somatomorfos.

Los 150 años de la historia de la disociación empezaron con una idea fundamental: los componentes de la personalidad o la consciencia pueden dividirse entre sí bajo condiciones de estrés extremo y pueden manifestarse como diferentes condiciones psicobiológicas.

Estos autores proponen que la disociación relacionada al trauma refiere a la existencia de al menos dos sistemas de estados psicobiológicos autoorganizados. Estos sistemas disociados son parte de la personalidad, cada uno con su propio sentido del yo que está insuficientemente integrado con el otro. Comparten, sin embargo, funciones implícitas y explícitas de contenidos mentales y funciones.

Los síntomas de la disociación estructural se pueden categorizar como positivos o negativos, psicomorfos o somatomorfos.

Se sostiene que la disociación estructural se diferencia de los estados alterados de consciencia que referiremos como «disociación normal» que está presente en la población saludable y clínica. La disociación normal no requiere la existencia de una personalidad fragmentada.

Los Orígenes de la Teoría

Esta teoría fue la respuesta a varios problemas encontrados con teorías y modelos pasados.

  1. El trabajo clínico mostraba partes disociadas diferentes, manejando diferentes funciones y buscaban una explicación.
  2. Se observó mucha confusión en la literatura respecto al constructo de la disociación.
  3. La mayoría de las teorías no explicaban la complejidad de los síntomas disociativos. Buscaban una que explicara TODA la sintomatología.
  4. Buscaban una teoría que explicara la discrepancia de los descubrimientos en la literatura.
  5. Buscaban un lenguaje y una teoría que pudiera sin lugar a dudas ser aplicable tanto a la investigación como a la práctica clínica.

Esta teoría busca también integrarse a la neurobiología, la teoría del apego y la psicopatología del desarrollo.

Para entender la Disociación, hay que entender la Integración.

La salud mental está caracterizada por la capacidad de integrar eventos continuos dentro de una personalidad coherente que permita una función adaptativa.

La integración está fundada en dos acciones mentales esenciales:

  1. La síntesis
  2. El darse cuenta (realization)

Síntesis

La síntesis asocia experiencias y funciones a experiencias y funciones más complejas. Este proceso genera una personalidad siempre cambiante, siempre evolucionando.

Hay dos aspectos de la síntesis.

  1. Síntesis de Componentes de experiencias (Sensaciones, percepciones, incluyendo el sentido del yo y conducta) en un periodo determinado de tiempo en una estructura mental coherente y continua
  2. Síntesis de experiencias, conocimiento y funciones a través del tiempo, introduciéndolas a una personalidad coherente.

Darse Cuenta

Analiza y digiera hechos y experiencias personales; es el proceso por el cual uno se vuelve consciente de las implicaciones de los hechos y experiencias en la vida de uno mismo.

También hay dos aspectos, o acciones mentales complejas en el darse cuenta

  1. Personificación. Esta es la acción mental por el cual uno «se adueña» de la experiencia con un sentido personal de experiencia. «Esto me pasó a mí, y yo pienso esto y esto al respecto»
  2. Presentificación. Es la acción mental de integrar el pasado, presente y futuro y trae esa integración al momento para hacer las acciones de uno mismo en ese momento. En la presentificación, el individuo le da al presente el grado más alto de realidad, seguido del pasado y futuro inmediato, y hasta el final el pasado y futuro lejano.

Cuando la personificación falla, el conocimiento sintetizado de un evento es solo un hecho. La experiencia deja de ser la experiencia de uno mismo. Es cuando el individuo dice «Siento que le pasó a alguien más».

Altos niveles de la capacidad integrativa son necesarios para integrar eventos extremadamente estresantes. Si la capacidad para integrar de una persona es muy baja, puede bajar aún más a un nivel crítico ante eventos estresantes. Estas fallas integrativas relacionadas al estrés pueden entonces ser mediadas neurobiológicamente vía hormonas del estrés y alteraciones del hipocampo y la corteza prefrontal. Hay evidencia abundante sobre los cambios en el cerebro y el cuerpo a partir de experiencias traumáticas.

Experimentar demasiado y demasiado poco

Los individuos traumatizados tienen un patrón en el que alteran el experimentar demasiado (reexperimentar el trauma) o experimentar demasiado poco (anestesia, entumecimiento). Este patrón se ha observado por más de un siglo y es el fundamento del diagnóstico del Trastorno de Estrés Post-Traumático. Es, de hecho, la señal inequívoca de un trastorno derivado de trauma.

Se propone que estas diferencias psicobiológicas entre experimentar demasiado y demasiado poco caracterizan respectivamente las partes estructuralmente disociadas de la personalidad. Una o más partes disociadas se quedan atascadas en la memoria traumática y experimentan demasiado del pasado (no están presentificados). Otro tipo de parte disociada se enfoca en la vida diaria, compulsivamente evadiendo recuerdos traumáticos. Este tipo de partes experimentan demasiado poco del pasado, ocasionando entonces entumecimiento, amnesia, etc.

Partes Disociadas de la Personalidad

Cuando sucede un trauma y una parte de la personalidad se queda separada, se lleva consigo elementos de sus funciones iniciales. Dependiendo de la edad del trauma (antes de desarrollarse la integración de la identidad), de la severidad, del número de traumas recurrentes y de su relación con el cuidador primario, la personalidad puede fragmentarse (o mejor dicho, no unirse) en dos o más partes.

La personalidad normal se consideraría la organización dinámica dentro del individuo de los sistemas biopsicosociales que determinan sus acciones características (Allport, 1961; Janet, 1907)

Estos sistemas biopsicosociales se denominan Sistemas de Acción y se dividen en dos tipos:

  1. Orientados a la supervivencia: Comer, descansar, trabajar, estudiar, explorar, apego al cuidador, apego a las crías, autocuidado, etc.
  2. Orientados a la defensa frente a una amenaza: Lucha, huida, sumisión, congelamiento, grito de ayuda, aislamiento para curar heridas etc.

El trauma que detona la disociación produce una escisión entre ambos sistemas. Las partes disociadas orientadas a la supervivencia se mantienen alejadas del trauma, que de otro modo no podrían funcionar, mientras que una o más partes disociadas del sistema de defensa continúan atrapadas en un ciclo de revivir el trauma y defenderse de él. Las llamaremos Parte Aparentemente Normal (porque aparenta normalidad, aparenta no haber sufrido trauma) y Parte Emocional (contiene recuerdos y emociones vehementes difíciles de mantener para funcionar en la vida diaria).

La alternancia y coexistencia entre la reexperimentación y la evitación del trauma es el mecanismo principal de todos los trastornos Post-Traumáticos simples o complejos.

No hay una parte de la personalidad que esté disociada y otra que no lo esté. Similarmente, no hay momentos donde el individuo esté disociado o no lo esté. La condición crónica existe hasta la fusión total de todas las partes. (The Haunted Self)

Disociacion Estructural

Cuando existe una sola PAN y una PE, se llama disociación estructural primaria.
Cuando existe una sola PAN y múltiples PE, se llama disociación estructural secundaria.
Cuando existen múltiples PAN y múltiples PE, se le llama disociación estructural terciaria. Aquí es donde se ubica el Trastorno de Identidad Disociativo.

Primero hablemos más de cada parte.

Parte Aparentemente Normal y Parte Emocional

Parte Emocional

La PE está usualmente atascada en la experiencia traumática, experimentando vívidas y abrumadoras memorias sensoromotoras del evento traumático. Muchos experimentan lo que se les llama «emociones vehementes» (miedo intenso, indefensión, horror, enojo, culpa, vergüenza, impotencia) que son abrumadoras y desestabilizantes. Aunque algunas PE pueden no presentar tal vehemencia; algunas más bien parecieran estar colapsadas, irresponsivas, lánguidas, una condición vista en algunos animales de una total sumisión defensiva. Algunas PE puede demostrar casi carencia de emociones (p ej, las partes observadoras ajenas al cuerpo y a las emociones).

Las PE varían en complejidad. Las PE en el TEPT son relativamente simples; manifiestan primariamente síntomas de reexperimentación. Las PE en trastornos disociativos severos tienden a ser más elaboradas, autónomas y numerosas.

Las PE se encuentran en todos los trastornos derivados de trauma como el TEPT, TEPT-C, OTDE, TLP derivado de trauma y TID. Muchos persecutores y partes niños en el TID son PE.

Debido a que están atascadas en el evento traumático del pasado, no suelen ser funcionales en circunstancias del día a día.

Las «memorias» traumáticas de las PE son muy diferentes a cualquier memoria normal (memorias narrativas integradas). Las memorias normales proporcionan una narrativa, son declarativas y episódicas y pueden ser adaptadas. Mientras que las memorias traumáticas se experimentan no como un evento del pasado, sino que están sucediendo justo ahora. Las experiencias pueden ser alucinatorias, consisten en imágenes visuales, sensaciones y hasta acciones motoras involuntarias (la acción de alejar algo con el brazo aunque no haya nada ahí). Esta reexperimentación está caracterizada por una sensación subjetiva de inmutabilidad y carencia de «tiempo» (no acaba, no empieza).

También suelen tener una característica distintiva. Cuando son reactivadas, estas memorias pueden bloquear el acceso a otras memorias. Entonces, cuando una PE es activada, el paciente puede perder acceso a otras memorias accesibles para la PAN.

Parte Aparentemente Normal

La PAN es la parte de la personalidad que se esfuerza por vivir una vida normal, pero solo aparentemente normal. La PAN evita fóbicamente cualquier recuerdo de la experiencia traumática. Esta evitación puede ser voluntaria o involuntaria, ya que, frecuentemente ni siquiera está consciente de un trauma. Pudiera solo saber que cierto tipo de cosas son desagradables (por ejemplo, hablar con el padre o mirar su fotografía).

Aunque también pudiera ser que la PAN pudiera hablar de la experiencia traumática sin emoción alguna, o con emociones contradictorias (se ríe al hablar de cuando la golpeaba su padre).

Las PAN experimentan un amplio rango de síntomas disociativos negativos como completa amnesia, anestesia, emociones limitadas, entumecimiento, despersonalización.

Las PAN es la parte de la personalidad que más tiempo está en el control ejecutivo. Tienen un grado mayor de memoria declarativa.

Aunque su funcionalidad adaptativa es variable, pero funcionan a grados mayores que las PE.

NIVELES DE DISOCIACIÓN ESTRUCTURAL E IMPLICACIONES DIAGNÓSTICAS

Uno de los problemas es que algunos expertos en trastornos derivados del trauma critican la clasificación de los trastornos relacionados con el trauma en el DSM y el CIE; han propuesto un espectro de síntomas y trastornos relacionados con el trauma. Han anotado que un elemento esencial de esta escala es la prevalencia altísima de disociación.

Disociación Estructural Primaria

Aquí existe una única PE (asociada con el reexperimentar del trauma) y una única PAN (que fracasó al intentar integrar la experiencia traumática y se mantiene manejando la vida diaria).

El TEPT siempre involucra disociación estructural primaria, y muchos casos de trastornos disociativos simples como despersonalización y desrealización.

Una combinación de aspectos genéticos y el trauma en cualquier momento de la vida (a pesar de haber tenido una infancia relativamente saludable) pueden causar que el individuo falle en integrar ese evento traumático.

No se entiende bien aún cómo se presenta en los trastornos disociativos simples, pero para que la teoría sea válida, debe involucrar también esta disociación crónica como falla de integración. Pudiera ser que la PE se integre antes de que la persona disociada alcance a perder suficiente funcionalidad como para pedir ayuda médica.

En este trastorno las PE son relativamente simples como mencionamos anteriormente.

Para aquellos con amnesia disociativa es mucho más fácil de explicar. La PAN simplemente experimenta un periodo de tiempo sin la interferencia de una PE, quien de momento se detona con completo control y consciencia, como un estado alterno, casi en piloto automático. Donde pudiera darse una fuga disociativa.

Sin embargo, una PE claramente distinta y funcional (o que no esté atascada en un trauma) no puede explicarse sin la presencia de otras PE o PAN en otro grado. Es decir, para que una PE tenga este nivel de complejidad, quiere decir que pertenece al segundo grado de disociación estructural o al tercero, donde se encuentran más Partes Disociadas y no solo dos, como en este grado.

Disociación Estructural Secundaria

Cuando el trauma inicia a una edad temprana, dura más o es perpetrada o facilitada por un miembro de la familia, involucra un apego desorganizado severo o las capacidades integrativas del individuo están reducidas a un nivel crítico, la teoría de disociación estructural indica que la disociación estructural primaria no es suficiente para permitirle al individuo manejar los diferentes aspectos del trauma al que es expuesto. Esto hará que haya mayor división en la PE, mientras que la PAN permanece casi intacta (casi, porque tiene muchas más PE a quiénes evadir).

Este grado está basado en una falta de integración de subsistemas de defensa. Una PE puede estar modulada por la huída (como en la fuga disociativa), otra PE como congelamiento, otra PE en lucha/pelea y otra PE en total sumisión. La división entre dos o más PE también involucran una falla de integración entre sí. Por ejemplo, una PE pudiera estar asociada por emociones en un abuso sexual, mientras que otra pudiera estar relacionada a dolor intenso de ese evento, y una PE más relacionada a un momento en el que el individuo estuvo a punto de fallecer.

Cada PE experimenta diferentes aspectos de un evento traumatizante, o que hayan ocurrido en diferentes lugares o por diferentes personas.

La hipótesis coloca a tres grupos diagnósticos en este grado:

  1. Algunos casos de Trastorno Límite de la Personalidad (No todos. Algunos derivados de trauma)
  2. El Trastorno de Estrés Post Traumático Complejo
  3. Otro Trastorno Disociativo Específico o TID-Parcial

La presentación de las partes disociadas en este grado es mucho más sutil que en el TID. Esto sugeriría que refleja una menor elaboración , autonomía y emancipación de las partes disociadas. Aunque cuando estas partes se presentan tan sutiles, es más probable que los clínicos no identifiquen los síntomas del paciente como disociativos.

Los adultos que desarrollan TEPT-C puede ser causado por traumas repetidos como guerra, tortura política, secuestro prolongado o genocidio. El trauma infantil también aumenta el riesgo de que traumas subsecuentes terminen desarrollando TEPT-C. Esto se conoce como «emoción doble» cuando un nuevo trauma se entremezcla con un trauma no resuelto del pasado y pueden re-evocar a una PE o incrementar el número de PE.

La PAN en este grado tiende a tener hábitos y mecanismos de defensa más maladaptativos que en el primer grado; proyección, identificación con el agresor, mantener sentimientos positivos hacia el agresor, obsesionarse con la venganza, etc.

Intrusiones parciales de las PE pueden causar síntomas disociativos, dificultad para el apego con otras personas, y mucha más evitación de cualquier cosa que pueda detonar a las otras PE. Así que las PE pueden ser fóbicas respecto a las demás PE.

En el TLP derivado de trauma las características son similares tanto al TEPT y TEPT-C y se puede asociar a trauma infantil y disociación. Pero recordemos que no todos los individuos con TLP experimentaron trauma o síntomas disociativos.

Sin embargo, «un patrón persistente en la inestabilidad de relaciones personales, autoimagen, y de los afectos y marcada impulsividad» son los criterios principales del TLP, y estos síntomas están muy ligados a problemas con la autorregulación, auto-flagelación, miedo al abandono y un sentimiento de vacío. El segundo grado describe estas características. Además, un apego desorganizado o al menos un apego inseguro se ha encontrado en 80% de los individuos con TLP y podría explicar muchos problemas relacionados.

Así que, los individuos con TLP tienen PE que se encargan tanto del apego como del desapego, la idealización y la devaluación, y ambas formas de pensar, sentir y reaccionar son necesarias para afrontar a un cuidador que era inestable, contradictorio, negligente o abusivo. Relaciones personales intensas y turbulentas combinadas con el miedo al abandono son resultado de que el cuidador del niño no lograra tener un apego saludable y modulado, el cuidador no ofreció el nivel de atención, afecto, y soporte al niño y enfrentaba rechazo impredecible. Una conducta regresiva (infantil) en aquellos con TLP pudiera reflejar una PE atascada en el tiempo, con una dificultad para regular las emociones. Las acciones autoinfligidas salen como una manera alternativa de manejar emociones intensas y potencialmente causadas por una figura parental de rechazo, crítica y hostilidad.

El Otro Trastorno Disociativo Específico (subtipo 1) es el más complejo de los trastornos que entran en este segundo grado de disociación estructural. El OTDE (OSDD por sus siglas en inglés) es muy similar al TID en muchas formas y no siempre cae perfectamente dentro del segundo grado, sino que pudiera estar cayendo en el tercer grado. La diferencia es la ausencia de amnesia severa o partes completamente distintivas, no tanto en el número de PAN presentes.

Teóricamente, una persona con OTDE-1 debería tener únicamente una PAN y múltiples PE, pero no siempre es el caso. Sin embargo, siempre las PE en el OTDE pueden ser mucho más elaboradas que las PE encontradas en el TEPT-C y TLP, con una diferenciación entre ellas y un sentido más desarrollado del Yo. Incluso algunas pueden manejar aspectos de la vida diaria como el aseo personal. Es aquí donde empezamos a usar la palabra «switch» (cambiar, conmutar, intercambio de una parte disociada a otra), al ser partes más elaboradas que pueden permanecer en control ejecutivo por mucho más tiempo.

Disociación Estructural Terciaria

Las causas de la disociación estructural terciaria son muy similares a las causas de la disociación estructural secundaria. Eso es, trauma que empieza a una edad temprana, dura por un largo tiempo, es perpetrado por un familiar o facilitado por el mismo, involucra un apego desorganizado más extremo, y los recursos mentales del infante no daban capacidad integrativa. Usualmente el trauma es más severo o incluye muchos de los factores anteriores, resultando en una disociación más severa, más duradera y más difícil de superar.

Este grado se refiere a la presencia de múltiples PAN y múltiples PE en el individuo. Las diferentes PAN manejan diferentes aspectos de la vida diaria. Por ejemplo, una PAN que podría ser el host o anfitrión el que maneje el trabajo o la escuela. Otro maneja las relaciones personales o aspectos íntimos. Otro podría manejar el cuidado de los hijos o de familiares más vulnerables.

Antes de que las PAN estén conscientes de las PE (o de las otras PAN) son fóbicas principalmente de las PE, seguida de las PAN (si se enteran de su presencia).

Las PAN están más limitadas en cuanto a funcionalidad y rango de emociones soportables. Todo esto, la fobia entre partes, la limitación de tolerancia, la constante evitación de múltiples detonantes, drenan la energía del individuo, causando muchos más trastornos comórbidos como depresión, ansiedad; creando hábitos maladaptativos múltiples que llevan a otros trastornos como trastornos alimenticios; y esta misma poca energía para autorregularse y autoorganizarse limita la capacidad integrativa, volviendo más fácil que se creen más PE o PAN

Las intrusiones entre partes (llamadas también como «influencia pasiva«) son mucho más frecuentes, más aún que los propios switches o intercambio de control ejecutivo entre alters. Por poner un ejemplo, un individuo con TID podría experimentar en promedio 3 cambios en un día, pero múltiples influencias pasivas en forma de impulsos no entendidos, pensamientos insertados, discurso insertado (palabras que no se pretendían decir), flashbacks o recuerdos intrusivos somatomorfos o psicomorfos, múltiples síntomas somáticos, voces, bloqueo mental, etc.

Las personas con TID, tienden a ser más del tipo evitativo que las personas con TLP derivado de trauma, quienes buscan activamente el no abandono. Las personas con TID tienden a aislarse en este intento de detener los detonantes, aunque también pueden aislarse si consideran que sus síntomas intrusivos (entendidos o no entendidos) son poco aceptables o generarían rechazo. Por ejemplo, mencionar las voces definitivamente es algo que podría (o ha causado) rechazo, incredulidad o hasta agresiones.

Sin embargo, es posible que una mayor fragmentación y organización, paradójicamente, demuestre una «alta funcionalidad aparente». Por ejemplo, algunas personas con un TID polifragmentado (esto es, una cantidad significativa de partes, +50), pueden ser profesionales de alto rendimiento, aunque funcionan muy limitadamente en otras áreas, usualmente las de relaciones interpersonales.

Las PE en el tercer grado son más numerosas y/o complejas que las que se encuentran en el segundo grado.

Es altamente probable que todas las partes se eviten y se nieguen entre sí. Pero también es probable que el enfrentamiento de la vida diaria y la co-consciencia a veces desarrollada de lugar a alianzas y relaciones de amistad entre partes.

Muchos individuos que experimentan alteraciones en la consciencia no tienen disociación estructural, pero todos los individuos que han desarrollado disociación estructural tienen alteraciones de la consciencia. (Van der Hart)

Diagnóstico de Disociación Estructural

Hay numerosos síntomas, que no son considerados disociativos, pero que podrían ser disociativos. Por ejemplo, (abuso de sustancias, promiscuidad, autolesiones) pueden considerarse disociativas si forman parte de una manifestación de alguna parte disociada de la personalidad.

Para mantener una definición sobre qué síntoma es disociativo o no: se puede decir que un síntoma es disociativo solo si (1) hay clara evidencia de que hay partes disociadas de la personalidad, y (2) el síntoma es encontrado en una o más partes de la personalidad pero no en otras.

Esta definición implica que las respuestas en cuestionarios autoaplicados no deberían usarse como único indicador de una disociación estructural. Una disociación estructural no puede diagnosticarse adecuadamente en ausencia de una observación clínica y meticulosa. Este mismo proceso diagnóstico es necesario para determinar si los síntomas aparentemente disociativos son causados por (1) disociación estructural o (2) alteraciones en la consciencia no disociativas.

Tipos de síntomas

La disociación estructural genera un espectro de síntomas físicos y mentales cuya diversidad es más aparente que real. Se pueden entender como síntomas positivos (intrusiones) o negativos (pérdidas) mentales (psicomorfos) o somáticos (somatomorfos; Nijenhuis, 1999/2004; Nijenhuis et al., 1996; Van der Hart et al.,2000).

Síntomas Disociativos Psicomorfos Negativos

Incluyen pérdida de memoria (p. ej. amnesia); pérdida de afecto (p. ej. entumecimiento emocional); pérdida de función crítica (p. ej. pensamiento alterado); pérdida de necesidades, deseos y fantasías p. ej. y pérdida de habilidades previamente existentes (Van der Hart, 2006). Los síntomas negativos son característicos de las PAN, pero pueden suceder en las PE (p. ej. anestecia emocional en la reacción de sumisión).

Síntomas Disociativos Somatomorfos Negativos

Incluyen pérdida de funciones motoras, pérdida de habilidades motoras, pérdida de sensaciones que deberían estar presentes (p. ej. anestecia, analgesia, pérdida de visión, tacto, oído, olfato). Estos síntomas fueron de los primeros hallazgos en los estudios (Charcot, 1887; Janet, 1889; McDougall, 1926; Myers, 1940; Nemiah, 1991; Van der Hart et al., 20000)

Síntomas Disociativos Psicomorfos Positivos

Los síntomas positivos son los síntomas intrusivos (no positivo en cuestión de calidad «bueno», sino que añaden algo a la experiencia). Ocurren en todos los trastornos postraumáticos y reflejan las intrusiones de las PE hacia las PAN (influencia pasiva) o hasta switches (cambios, conmutaciones) de alters en el OTDE y TID.

Las intrusiones mentales de una parte disociada hacia otra son frecuentemente interpretadas en los síntomas primarios de la encuesta de esquizofrenia de Schneiderian (Boon & Draijer, 1993). Es decir, voces discutiendo, voces comentando las acciones del anfitrión, pensamientos insertados, bloqueo o arrebato de pensamientos, imágenes y muchos síntomas que pudieran simular alucinaciones en pacientes psicóticos. Estudios indican que muchos pacientes con disociación estructural severa frecuentemente tienen puntaje alto en esta escala de esquizofrenia (Colin Ross).

Síntomas Disociativos Somatomorfos Positivos

Estos síntomas somatomorfos positivos son los comportamientos y experiencias físicas de partes específicas de la personalidad; ocurren en algunas partes pero no en otras. Incluyen dolor sin causa orgánica; conducta no voluntaria; repetitiva, movimientos incontrolados como tics, temblores y parálisis; percepciones sensoriales (visión, sensación física, oído, gusto y olfato) que pudieran o no estar distorsionadas. Algunos de estos síntomas positivos también están presentes en la encuesta de esquizofrenia de Schneiderian como: influencias siendo reproducidas en el cuerpo.

Conclusión

Esta teoría es todavía nueva y los problemas con la definición y entendimiento tan amplio de la disociación se explican en el primer capítulo del libro que la introduce: The Haunted Self. Esta teoría es un intento colaborativo de definir la disociación más rigurosamente y unifica la perspectiva de síntomas y procesos resultado de los trastornos relacionados al trauma.

Se ha puesto énfasis en el patrón de evitación y atascamiento del evento traumático que consideran es el sello distintivo de los trastornos relacionados al trauma.

Sin embargo, aún hay mucha investigación que hacerse y nuevas teorías empiezan a moldearse a partir de esta. Por ejemplo; a partir de la problemática en la distinción entre las PE; la presencia de trastornos disociativos simples en el primer grado (¿PE temporales?); la poco clara y borrosa línea divisoria entre el segundo y tercer grado de disociación estructural (OTDE y TID); las funciones superponibles entre las PAN y las PE; la cantidad reportada vs. la cantidad observada de PE, etc.

La importancia de esta teoría se descubre en los éxitos del tratamiento propuesto centrado no únicamente en los síntomas, sino en la fobia entre partes disociadas y su respectivo reconocimiento por parte del clínico. Todavía está por refutarse la teoría con una que no solo defina más certeramente la disociación y su relación al trauma, sino que proponga un tratamiento que beneficie a más casos, especialmente los más severos.

Referencias:

  • El Yo Atormentado. La Disociación Estructural Y El Tratamiento De La Traumatización Crónica. Encuéntralo en Amazon
  • The Haunted Self: Structural Dissociation and the Treatment of Chronic Traumatization. Encuéntralo en Amazon
  • Dissociation and Dissociative Disorders. DSM-V And Beyond. Encuéntralo en Amazon
  • El test de Esquizofrenia Schneiderian https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10448450